La sopa de la Selva!

No cabe duda que la selva no me deja de sorprender, el pasado 15 de agosto visite por segunda vez a el área Ixil, un lugar exquisito para olvidarse de la urbe. Pues en el primer viaje era acompañado por

mis amigos Gabriel alias "GRABIEL", Gerardo alias "Nayo", David y Julien, estos últimos dos mis amigos de Francia, apasionados de la naturaleza, pues los cuatro tomamos rumbo a una noche increiblemente memorable por todos los acontecimientos que quisieron romper el temple del espiritu aventurero que llevamos por dentro. Buscando un lugar para hacer ciencia, Julien es un especialista en Cerambicidos, luego pondré un articulo que escribió Julien de ellos en la isla de Guadalupe, Panamá y otros de África. El punto es que estando allí instalamos campamento en medio de un claro en el bosque, amablemente Rosmery la esposa de Nayo nos había preparado unos frijoles refritos y unas 80 tortillas sin exagerar, de hecho por

experiencia vivencial sé que Nayo es capaz de desaparecer 15 tortillas en una sentada. Pero volviendo al punto de campamento, a Grabiel se le ocurrió decirle a Nayo que nos enseñará que plantas se pueden consumir para sobrevivir y la primera que nos enseñó fue comer "palmito salvaje" que en otros lugares conocen a esta palmera como "Lancetillo", yo yá conociá el sabor de este palmito que por cierto al final deja un ligero amargo, nada desagradable más suave al sabor que dejan la pacayas, estas se pusieron a las brazas, mmmmm! deliciosas acompañadas con limón, luego nos enseñó las plantas que se utilizan para hacer la sopa salvaje dentro de las cuales me recuerdo el nombre de una "Mamón", que ellos la llaman Zanahoria Salvaje y es cierto tiene gusto a zanahoria y un poco al apio, me llamó mucho la atención, estas se cuecen en agua fresca, lleva tomate, cebolla, sal (Cuando hay estos tres ingredientes). Por supuesto que Nayo y Grabiel ya habian pensado en ello.

Llegado el momento en que ésta dió punto, al rededor de 15 minutos de hervor era cuestión de no quemarse la trompa, la mécanica del asunto era recoger de la olla con una cuchara las hojas, escurrirlas un poco y ponerlas en una tortilla le agregas unas gotas de limón y unos granos de Cloruro de sodio, me hizo recordar mi infancia, ya que de esa manera comiamos el caldo de "Quiletes" en casa de mis abuelos paternos. Luego por sorbos seremoniales fuimos degustanto la delicia de la Sopa de la selva, son sabores que tienen que porbar.

Luego cuando llego el momento de trabajar pues, encendimos generador y luces para que a las 18hrs 30min, los esperados Cerambicidos empezaran a llegar atraidos por las luces ultravioleta, pero las que primero se hicieron presentes fue un tipo de avispa blanca, que bien podría llamarsele el "Demonio Blanco", que avispa mas brava! no he conocido avispa mas encachimbada que esa especie, que por cierto es asignatura pendiente preguntarle al Dr. Schuster el nombre del bichito blanco, ya que habiamos concluido con el trabajo de esa noche llegó el momento de tocar retirada y adivinen ¿quiénes permanecian en la pantalla?, por supuesto que los "Demonios Blancos", nos picotearon por lo menos unas cuatro a cinco a cada uno,

salvo Grabiel, quién dormía. De esa vez hace un año había guardado en algún rincón muy especial de mi corazón el sabor de la Sopa de la Selva, y en esta oportunidad, nuestro buen amigo y siempre querido Nayo yá nos había colectado las deliciosas hojas para preparar tan anhelada sopa.

¿Cómo llegar a la deliciosa Sopa de la Selva? contacteme y con muchisimo gusto le daré las coordenadas.

En esta oportunidad doña Rosmery y su cuñada Goyita nos tenian preparado un delicioso caldo de gallina criolla, mirá que es otra delicia, y también al otro día visitamos en Chel a Benjamin alias "Mincho" que nos hizo un recorrido a un lugar verdaderamente precioso, y cuando llegamos a su casa ya nos tenian preparado un delicioso caldo de gallina.

Ja ja ja ja ja...! Solo a comer fuimos, y de hecho que así fué. Bueno de esta anécdota no termina aquí, dejeme contarle cuando probé el Boxbol y las Carnitas ahumadas de Nebaj y las tortillitas con queso de Chancol de los hermanos Azzari, no se la van a creer. En esta oportunidad quiero agradecer enormemente a mis amigos de Chel y Acul que hicieron nuestra visita memorable por su calidad de cariño y hospitalidad.